TODO SE PUEDE VIRAR


Ante el momento de la muerte,
es una suerte, que se haya amado,
tenido ese sentimiento fuerte, muy 
recio, y no haber odiado por ningún motivo,
marchando tranquilo y con esa paz como vehículo, hacia el incierto y dudoso destino...
Partir con el pálpito parando sosegado, por lo provechoso de lo vivido...
Por ser un alma que siempre ha sentido el amor como lo más necesario, delante de tanto material ostentar precario, vacío de la verdad que lo hace a uno libre, para sentir el logro etéreo y nada Indigno sin amar la vida y su florecer de amores y cariños, más que deseados, entregados aun no poder ni siquiera recibirlos... Pero amar delante de otra voluntad, nada es más fabuloso, que esa trayectoria amando en lo andado y para lo que se pueda hallar...

POeT@ Intemporal 
Miguel Ángel Pérez Salcedo ©. 

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