LLANTO Y QUEBRANTO
Así es llorar la vida actual.
Llorando vive mi alma sin calma ni serenidad.
Soy lo mismo, una amarga sentencia sin clemencia.
He roto la creencia en lo humano deshumano.
He abierto mi corazón y la sangre ha brotado.
Ahora llevo amargura fluyendo sin descanso.
Me hiero y me espanta tanto transmitido espanto.
Redes diabólicas atrapan al incauto, frágil aulla su precaria inestabilidad, hay una enfermedad mental ahogada en la profunda alborada que nos arruinará.
Solo un ser tan malnacido, es capaz de vivir sobre cadáveres de aquellos que fueron sus vecinos,
¿qué esperábamos?, si nadie ayuda, solo el horror es grabado, alzándolo a la vista de los carroñeros desalmados.
POeT@ Intemporal
Miguel Ángel Pérez Salcedo ©.
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