ALGO QUE ME HIERE

ALGO QUE ME HIERE 

Conozco personas hundidas en un dolor y su barrizal.
Ellas, piden ayuda y solo las sujetan para su incredulidad.
No les salvan el corazón de latir a destiempo,
por las pastillas que adormecen los sentimientos,
y también, rompen la mente para que no se pierda en su desconcierto.
Hay aullidos y alaridos,
hay almas de emociones y deseo herido.
Yo no miro hacia otro lado, las miro a los ojos,
esos que pesan cansados.
Mi vida está hecha de imágenes dolorosas.
He observado la amargura más espantosa, siendo calmada con jirones de cruel desasosiego sin cariño ni las justas condiciones,
solo vulneración de derechos,
con hipócrita palabrería de ayudas que son traumas incisivos.
Me basta con haber acumulado la falta de humanidad en la memoria,
para saber qué, lo que sufren otras esencias a casi nadie le importa.
He oído la rotura del pensamiento,
me pareció un crujido de mordiscos hechos por un demonio sediento,
hambriento de delirios sazonados con medicamentos perversos.
Las lágrimas de mi evocación del ayer,
tan solo son un sumar más al destructivo embiste de un sistema, una institución que no hace por no importarle si arden las esperanzas del ser.
Ya no lucho por aceptar tanta calamidad,
solo me abandono cogiéndole la mano a su soledad,
siendo un parásito que se alimenta del amargo rugir del loco fomento de la irracionalidad,
esa que condescendiente arrasa con la despreciada salud mental.

—Miguel Á. POeT@ Intemporal ©.

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