¡QUÉ ASÍ SEA!

¡QUÉ ASÍ SEA! 

«¿De dónde vine?

De la locura.

¿A dónde voy?

Al remanso de mi fortuna.

¿Y cuál es ese tesoro?

Hallarme y que no me despiste la cordura,

esa de los perdidos en la normal estupidez, esa cruel y tozuda,

esa que escupe su hiel, sobre los que vencimos la realidad más profunda y de verdad tan cruda y cruel». 

—¿Y si te intentan hacer otra vez caer?

«Me sacaré de la chistera, una de mis delirantes herramientas.

Y así, querida conciencia, ¡nadie podrá volver a dejarme ciego, mudo y sordo, asfixiado, anulado y con un trágico pensamiento muy roto!

¡No me volveré a desvanecer entre los hirientes e insaciables lobos,

esos que afilan su desprecio y desgarran del sufridor, todo su amor propio!». 

—Me parece bien. Yo, aquí estaré, por sí, alguna vez precisas recordar lo conseguido en aquel doloroso ayer...

—Miguel Á. POeT@ Intemporal ©.