VICTORIA ANUNCIADA


VICTORIA ANUNCIADA 

Fragmentos de un diario ya pasado, son estos, los que exclamo: día tres de agosto de mil novecientos noventa y siete. Ya estoy en casa y esta noche, ¿¡no sé qué me pasa!?... Ando perdido interiormente, desde hace ya unos meses. Pero, esta luna que hoy me mira me advierte de algo...
Estoy con el rumor en mi mente, voz del eco de un mañana que versa la futura vida, el trasiego que le espera a mi alma. —¡Din dong!—, suena el reloj. Ahora mismo estoy en dos mil veintidós, mi ayer lo sintió, parece que el destino me hizo presentir que lo vivido sería llevado al día de hoy, una noche similar a la de los noventa, en aquella luna radiante que envolvía mi mente con aquella advertencia. Miro la hora y cierro los ojos. Mi corazón palpita y se aparece mi instante a aquel pasado embriagador. Me mira, me miro desde otra línea, otro espacio tiempo. Me sonrío y susurra mi reflejo de antaño: «no has caído en batalla. No te venció... Parece que hemos, diría que hemos salido indemnes del delirio y su prueba de generar el talante resiliente». Parpadeo y comento: si que tenías las advertencias posibles, pues pude lograr ahuyentar el desequilibrio, por mi aviso en tu época de aquel saber que me preparó para lo que debía afrontar. Hoy somos versos, somos el poema que rima y se puede trazar en su melodía en libertad. ¡Salió bien! El abismo desde ti, dejó una salida con la llave que la existencia nos quiso mostrar.

—Miguel Á.
POeT@ Intemporal ©.

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