SÉPTIMAS
SÉPTIMAS
Y es que el hombre ya no es ninguna moda,
¡Ay!, yo no soy aquello que deseaba...
ya no acrecienta la sabiduría,
se comprendió, teoría tardía
en lo torpe de una muy iracunda oda,
la que los derechos a ellas les poda.
Llega de lo femenino lo cierto:
esa gestión de emocional acierto.
Pero mis sueños hoy sí, se serenan,
por ser siempre ellos los que me encadenan
las ilusiones a eso que yo amaba...
Y ya lejos, está lo que amargaba,
porque quise hallar, familia feliz,
«Y, ¡ay destino!: ¡¿y si tienes un desliz?!...».
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