LA VERDAD QUE ABRAZAR
LA VERDAD QUE ABRAZAR
Es la vida naturaleza.
Fuimos naciendo para generar
sabiduría y su grandeza.
No ha de ser nuestra relación
cruel y su tan firme firmeza.
Tenemos que unificar corazones,
el alma y tan excelsa esencia.
No debemos despistarnos de la
Universal Fuerza, es la gran maestra
y ella nada aparta ni discrimina
ni arranca ni encierra el suspiro
¡qué al alma por siempre la alienta!
Somos los versos de un mismo poema.
Somos los centros en una espiral
encadenada en energía
infinita, en su poderosa fuerza.
Y los idiomas son comunicar,
son el vehicular las inteligencias.
Somos de amplio ego, que tendremos
que transformar con el gran cosmos,
en nuestra aula de energética escuela.
Y hallando lecciones y otros dilemas:
crecer y centrar la conciencia y unirnos
en la gran iluminación suprema.
Seremos genuinos espíritus,
de muy precisos eslabones ciertos
y entrelazados, ampliamente unidos,
en una muy magnificada e intensa
universal y evocadora senda.
Un único destino en su prebenda,
por ser crecimiento esencial,
de bagaje anidado en inconscientes,
en las consciencias de eterno viajar,
en el regreso en físicas presencias,
para seguir con lo vivo y vital,
en avanzar la esencia sabia e inmensa,
al emanar: esa eterna andadura,
en el inconmensurable irradiar sabiduría, sabia fortuna, en eterna hondura, interna verdad, por ser viajeras profundas… nuestras almas de verdad, que alzarlas debemos conjuntas y en armonía, del goce en forma iracunda, del máximo unir en mágica poesía, de alejar al odio de lejanía, rotunda torpeza, la que extermina la verdad de agradecer nuestra cuna, nacidos, para una posible grandeza… serlo todo…, y ahí…, ¡emprender!: la humana nobleza…
—Miguel Á.
POeT@ Intemporal ©.
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