APARTAR VENENOS INTENCIONADOS


APARTAR VENENOS INTENCIONADOS 

Para el abuso sobre otra persona hacen falta tres características, que son las que debe tener el ahusado: una no tener apenas cultura ni educación. La otra no tener una solvente capacidad económica y la tercera y no menos relevante, ser buena persona y confiar en la vida y en los seres que la habitan. 

Por lo contrario, las características del abusador y del interesado son: tener solvencia patrimonial y de bienes en divisas. Tener una cultura adquirida en buenas y honorables universidades. Tener una consciencia más ampliada de lo que es vivir y sus trazos que enmarañan las sendas transitadas.
Y en último lugar tener una intención y aprovechamiento, querer buscar en el otro una complacencia del ego y un interés de saciar algún tipo de riqueza codiciosa y de ansia por aumentarla mucho más...

Todo esto no quiere decir que el pobre no abuse de su congénere en precariedad ni tampoco que el rico no se aproveche del que ostenta riqueza en su vida y en su vereda que transitar. 

La vida está llena de seres que se aprovechan de los demás. También los hay, sí, bien intencionados, pero estos son más escasos en las sendas que todos andamos y en las que tenemos que protegernos, para no caer manejados por los hilos de la abundante codicia que inunda nuestra realidad, esta de veneno en cada paso de los senderos que hemos de andar y recorrer para ser y avanzar... ¡Ay! Cuánto riesgo de dar con una sanguijuela, en su plena hambre de desangrar.

—Miguel Á.
POeT@ Intemporal ©.

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