UNA APUESTA ETERNA


UNA APUESTA ETERNA 

¿Conoces mis angustias?, ¿no, verdad?
A lo mejor fuimos muy libres pájaros,
aves volando en el aura del sol.

Y tú, aun gozando tanto aquel calor,
no amaste aquellos rayos tan intensos.
Los notaste, mas nunca te quemaron;
solo a los incautos en el amor
nos arde el corazón con ese ardor,
solo a los de alas tenues y muy frágiles 
nos quema esa ardiente desilusión.

Y yo, no soy cómo tú, yo entré en su plenitud.
Tú, solo te acercaste, sin llegar a su luz. 
Y por eso, no sabes, de llamas infinitas
hechas quemaduras, por arriesgar
más que el colorido y bello plumaje, 
apostar más, no tan solo una vida, 
es poner en el juego, el infinito equipaje.

Miguel Ángel Pérez Salcedo 
POeT@ Intemporal ©.

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