REFLEXIONEMOS
REFLEXIONEMOS
Los siete daños capitales, hacia los trastornos mentales, son:
Infantilizar a las personas en sus ingresos.
Sobreproteger y dejar desvalidos desde la familia, a los seres queridos con problemática psicológica.
Sobremedicar, dejando la emoción aplacada, y sin poder disfrutar de la vida y esas sensaciones únicas que enriquecen tanto los días.
El maltrato en las unidades de ingreso, cómo la contención mecánica que deja un rastro traumático, para la recuperación y volver a tener ilusión por la vida y sus momentos.
Señalar desde el estigma a las personas con un problema mental, cómo si fueran violentas y peligrosas, mucho más que el resto de la sociedad; una falacia que hay que apartar de nuestra vida y nuestra relación social.
La falta de implicación de los medios de comunicación, sin darle espacio de una manera inclusiva y dejando visibilizar la problemática real que esconden esas vidas sufridas; esos que luchan cada día por no abandonar el camino en una terrible y fatal deriva.
La falta de atención psicológica, que deja abandonadas a las conciencias, desencajadas y casi rotas.
Estos son los daños, los que tenemos que ir subsanando.
Este es el camino, para apoyarnos más desde el amor entre seres humanos.
POeT@ Intemporal
Miguel Ángel Pérez Salcedo ©.
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