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Eres primavera. 
Eres luz en mi oscuridad y en esa decorada espera.

Al llegar me deslumbrante. 
La mirada me llenaste con amor y con dulzura; ¡y se acabó mi alma ya no está presa!

Porque el daño, estar tan apartado de caricias, no sentirme amado, no tener oportunidades de sentir el amor y su melodía.

Porque fue mucho tiempo de estar andando solitario, sin ver ni sentir una mirada que me dijese: —¡te amo tanto!...

Pero hoy he vuelto a creer: «qué hay seres que se arriman a otros, sin más pretender que sentir su dicha como la de ellos mismos, ¡cómo si volaran por el cielo de la algarabía y el gozo!».

Has sido mi brillo al amanecer y mi energía de que me seguirán amando, de que volveré a llenarme el corazón de entusiasmo, de tener las ganas de amar. 

Porque creo que todavía puedo vivir amando. 
Qué me pueden querer, que pueden contar conmigo y no soltarme ni dejarme caer.

Aún estoy viviendo, aún he de ser amado, y no sostenerme sin volver a sentir la primavera, al mi corazón florecer,
al llenar de flores aromáticas mi tierra, la que estaba árida, pero que en ella nace el brote que esperaba...
Parece, que aún hay simientes por germinar en mi alma.

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo ❤️🌱
POETA Intemporal ©.

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