¡AY, DEL SOÑAR!


¡AY, DEL SOÑAR!

Y me dijiste, soñándonos:
«¡no lo puedo soportar!».
Yo lo entendí, pues notaba,
podía saborear, aun soñando,
tus lágrimas, yo podía 
su sabor tan salado degustar.

Mi pena alejó encontrarnos,
por no poder ni tocarnos, 
ni ese poder amarnos de verdad.

Nos dejamos de encontrar,
por ser más triste la noche,
esa aún más oscura oscuridad.

Yo en mi tan vaciada cama,
 intentando huir de la soledad.

Al sueño no le dejo libertad,
ahora, no lo quiero pasar mal,
en sueños, sintiendo tu Alma llorar.

Miguel Ángel Pérez Salcedo
POeT@ Intemporal

Comentarios

Entradas populares