¡AY DE AMORES MI AMOR!

¡AY DE AMORES MI AMOR! 

Si no se encuentra el amor a una pronta edad, las personas vamos adquiriendo miedos por todo lo que se nos ha hecho en otras relaciones, de las que hemos salido perdiendo. Por eso considero, qué encontrar a la edad adulta y a partir de los cuarenta una historia romántica que dure hasta el final de los días, es muy complicado, muy poco probable, qué sea un romance que a uno le llene el corazón de amor sin que se acobarde, qué se entregue a pesar de lo conocido antes... y que sea la caricia sincera e inolvidable, esa que te deja al morirte con un sentimiento formidable y hermosamente agradable, cogiendo tu mano y acariciando tu adiós con la luz de su cariño desnudo de todo..., menos de un amor verdadero y sincero. Para, al volver en la eternidad que no hallas estado tanto sin volver a amar, sin tener ese amor que te ama sin prejuicios, esos que no ayudan para sentir, para saber que ninguna alma siente y ama con la misma voluntad, qué aun siendo una excusa la edad, hay amores que se dejan llevar, y eso es por lo que hay que seguir buscando, el sentirse amado y amar.

Si estás buscando el amor. Estás esperando a que te llegue la ocasión de amar y de que te amén con sinceridad, con pasión y de una manera de igual a igual. No te quedes parado o parada sin intentar descubrir de todas las formas necesarias, abriendo puertas, gritando por las ventanas, explayándote en la red social que ahora mismo en todos los lugares es la oportunidad, esa de conocer a esa alma que tu mundo transforme y cambie, que tu vida llene de ese amor precioso e inolvidable. 

Por ello, atrévete, no decaigas de seguir adelante, la vida pasa, ¡o sea qué, qué no te retrases!, dale al valor energía para buscar, y así hallarás...

Buscarte para amarte es mi condición, para seguir adelante siendo algo más feliz, sintiendo la dicha sin amargarme. Porque sé, qué estás en algún lugar..., qué estás esperándome, qué estás inquieta por llegar a verme, sentirme y abrazarme. 

Yo también siento lo mismo, y tengo la misma inquietud, pero, estoy tranquilo; porque si no es en esta vida, será en otra que nos regale el infinito y su plenitud de amor universal y divino. La historia más bonita, ¡esperándonos está!...

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo

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