SOLO SÉ DE SU ADIÓS


SOLO SÉ DE SU ADIÓS 

Las ánimas son reflejos, son brillos que se unen al Universo. 
Son deudoras y ya pagaron su precio, 
ese que con vida, pesar y alegrías y sufrimientos pagaron, 
y ya no son deuda sin dejar su esfuerzo. 
Obediencia ofrecieron también, pues con travesía y tiempo quitaron la factura, hace ya que los lejanos nada dicen, ni se sabe qué harán... pero al morirse algo cambiará, algo... 
aunque sea su tiempo. 
Después, no hay más retal que un recuerdo sin pasajero, yermo y vacío de viajero, el que una vez lo cargó como pesado peso. 
Emprendieron las almas, van y vienen, venimos y volvemos...
Somos espíritus habitando carne y huesos. 
Y un día yo me alzaré, 
como tú te alzarás de nuevo, 
y volveremos a transitar los caminos, 
y seremos otra vez vividores de senderos, 
de penas, de bonanza, 
de tristezas y anhelos. 
Pero, un día todo otra vez sentiremos... seremos regreso, 
pues no queda otra... 
es el legado que entenderlo no puedo, 
pues no sabré, no he de saberlo... solo sé o más bien lo siento eterno, plácido el adiós, pero ¡ay!, tan incierto...

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo
POeT@ Intemporal ©.

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