A LAS MADRES DE LA SALUD MENTAL

A LAS MADRES DE LA SALUD MENTAL

Me fui y volví.

No regresé para ser,

pues no sería sin ti.

Siempre he pensado,

he sentido tu cálido abrazo.

Pero la vida que así es... 

de esa forma, lo enseñado por el camino,

eso me hará proseguir...

lo que aprendí de ti. 

Al nacer fuiste mi verdad,

y para tantos que sabemos,

que conocemos lo que es delirar, las madres,

esas guerreras fueron,

son y serán...

Nada sin vosotras, sin ti, nada sería posibilidad.

He de decir, tengo que aunar más aprecio a la lucha que libraste,

ese batallar, esa batalla, esa con nuestra y vuestra “salud mental“, lo que nos hizo tropezar, caer y delirar, a la misma vez, en el compartir con vosotras lo duro de esa nueva manera,

esa debutante sensibilidad.

Ni una madre sin saber de la protección,

ni nadie que cuestione esa caricia de apoyo y tan trascendente, tan importante,

eso es el amor maternal, lo que empuja con valor,

eso es lo que salva al que sufre con dolor mental.

Te quiero y amo tu empeño.

Mis sinceros halagos, para las madres que lloran y temen por los hijos con pena delirante, esa losa que madres, padres e hijos soportamos.

Pero, sin la mirada y caricia de vosotras, jamás,

nunca de ninguna forma, podría un diagnosticado en el sistema psiquiátrico,

podría vivir otra vez, siendo, luchando y lidiando con la locura,

si no hubiese una madre sujetando, un amigo leal apoyando, una persona dedicada a sanar el corazón trastornado,

pues atravesar el delirio, el poder seguir con su estigma normalizado, todo tendría más aún pesadumbre,

si no estuvierais vosotras en nuestras vidas.

La verdad que esta poesía, no es solo un clamor a vuestra valentía,

sino que es el amor inmenso que sostiene lo duro y señalado, eso de que te llamen: “trastornado”, solo es amor, lo que tendría de ser recetado,

solo es tener a una madre, esa que te levanta de cada tropiezo y de todas las caídas.

Amar de nuevo la vida,

es posible con ese vigor que inyectan nuestras aliadas, 

las que con su ternura nos cuidan, a la vez que vuelven a impulsarnos el alma.

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo

POeT@ Intemporal ©.