¡PONTE A ELLO!...

¡PONTE A ELLO!... 

¡Mira si he corrido como aquel niño en bermudas! Aquel que corría por la playa detrás de una pelota anaranjada y lisa, era como en mi fortuna futura, alisada de oros, pero, ¡ay! Cuanto amor en la sonrisa. 

¡Mira si he andado, que todo... casi todo lo he sufrido, lo he soportado!

¡Mil amores he deseado ,solo los he podido soñar soñando! Los he disfrutado, pero hoy sigo queriendo y tanto con tanta intensidad lo siento..., que solamente con querer una vez ya me ha satisfecho por dentro, ¿¡estoy saciado!?... 

Vale la pena vivir y tenerme que caer, por eso de sentirte conmigo dando calor a mi fría piel. 

Soy de aquellos que piensa solamente en que mi alrededor esté bien, qué sea dichoso, y que no sufra de manera insuficiente, porque suficiente sufrir es llegar y del lloro tener que empezar; porque los otros tengan dicha, ¡yo! Me daré prisa...

Porque, ese sufrimiento se sostiene de una manera distinta, pero si sufres por cosas banales y sin sentido, ese sufrimiento amigo, será como un pesado pesar que no tiene su sitio en el hallazgo del honesto sentido, de saber vivir y de poder saber que para algo has vivido.

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo

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