MADRE...


MADRE...

Madre, quiero ir a la montaña 
y esconderme de lo humano.
No deseo ser así, 
no quiero ser jamás tan malo.

Madre, atiende mi consuelo,
pues estoy sintiendo miedo.
Ya lo sé, que soy pequeño.
Pero madre, el futuro no es un juego.

No te vayas de mi lado,
Pues me han de desgarrarlo,
sabes que mi corazón,
será herido y arrastrado,
tú lo sabes y me cantas, 
lindos versos sin marañas.
pero yo lo veo claro, 
que esta vez no eligió bien mi alma.

No maestra no me llores,
pues no está eso en tu mano,
no te apenes ni implores,
pues mi espíritu 
ya ha sido vestido 
con este traje inhumano.

Madre haré lo imposible, 
todo lo que pueda y me dejen,
para no dejar que esta relatada senda,
sea lo vivido que un lastre me deje, 
una carga en mi esencia eterna,
un retal de pesares gruesos,
un escozor sin calma ni sosiego.
Pero madre, será, tan solo por un tiempo...
Y aunque no puedas ahora comprenderlo,
un día, allá en lo inmenso, te abrazaré,
me sentirás y sabrás, de este desconsuelo.

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo
POeT@ Intemporal ©.

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