UNAS PALABRAS SILENCIOSAS


UNAS PALABRAS SILENCIOSAS

Me despido de ti, te alejas, te vas con la paz que calma, y con amor lo vivido se llena.
Hay tiempo en la vida que no es cosa nuestra... no podemos congelar la caricia tan bella. A pesar de todo mi alma te ve libre, eterna, tu paz vuela. 
Te amo, abuela, te hablaré siempre, así como mi ser lo desea. 
En mi conciencia siempre floreciendo, eres esa primavera, mis florecidas caricias en la prematura relación, esa manera de darme amor con tu ejemplar compañía de maestra. 
Lindas risas de la vida, mis sentidas vivas imágenes, es tanto amarnos, aquellos instantes ya lejanos, y que me regresan a la mente, en mi cabeza,
nacidos de lo hermoso de desear amor siendo alegría, así como eras, sincera. 
Lloro, sacar la rabia, la pena. Quiero que me dejes sentir, saber que esperas, ser en mi viaje guía hermosa. 
Soy de lo aprendido de tu escuela, que en mi ser la calma suma, pues tú me diste el saber de que amar es la cura. 
Nuestras vivencias de calidez, de risas risueñas, eso en mi recuerdo se queda. Recordar mi amor profundo por ti, esencia que era dulzor en mi senda de niño que empieza, ahora es tu ayer parte de mi fuerza, fortaleza ante la senda turbulenta.
Te amo, abuela, para ti allá en las llanuras donde riegas las estrellas, allí te va este poema, mi amor y toda mi calidez sincera.

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo
POeT@ Intemporal ©.

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