NADA ES INDIFERENTE REFERENTEMENTE

NADA ES INDIFERENTE REFERENTEMENTE 

Es algo que los que sabemos de qué se trata. Los que nos creemos en algún momento, o los que nos hemos creído en algún instante centro de las exigencias humanas, que nos han mentido, que nos han utilizado, que todo lo han dicho por nosotros, que todo ha ido encaminado a nuestra propia persona, es por algo que nuestra esencia nota en agudizada sensibilidad que al ser agrava en emoción desbordada. 

Se llama: «el percibir autorreferencial, autorreferencia», el sentirse diana de los comentarios, de las actitudes, de las opiniones de los demás. 

Cuando creemos que algo va por nosotros. Cuando no podemos dejar de dudar si ha sido por mí, si el otro está observando, diciéndome algo... intentando acudir a mi pensamiento, para que le haga caso, o el caso que yo tengo es obviado o puesto en entredicho. Nadie puede saber de lo que hablo, solamente los que están a mi lado, los que despertaron la sensibilidad, ... esa que en la mente está, pero que no en todos se «agudiza». Y es cierto que molesta, que duele, que perturba, que altera nuestra vida. Pero también es una manera de percepción, es un sensible acudir de lo que siente uno que acude al propio entendimiento de la relación con el otro. Uno sabe, puede sentirse verdad absoluta del otro individuo. Quizás solamente es parte del delirio de la sensacional forma diferente de crear señalamiento de una personalidad hacia uno mismo. Quizá en la vida hay que atenerse a que los seres más sensibles, los que vienen con mochila espiritual de eternas vidas de un inmenso camino de andar, de navegar por aguas turbias, por tierras quebradizas, sea todo esto lo único, lo genuino de los seres que han despertado en su llamada de la salud mental, una evolución que lleva años, siglos acompañando al alma para que pueda entenderse y entender una realidad sumida en el percibir de lo más interno e íntimo, eso que tienen profundamente los demás, los seres de mismo camino y comunidad unida en lo infinito.

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo

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