LOS PRINCIPIOS DEL AMOR

LOS PRINCIPIOS DEL AMOR 

¡Ay! Chiquilla de mi juventud, te veo en mi presente, en las jovencitas del hoy y me regresa la felicidad.

Hoy te puedo mirar, es saber que he sido zagal, que he amado con pureza virginal.

Te veo en mi fantasía con aquel vestido azul, mi sed parece regresar al ímpetu de mi primera sexualidad.

Sé que mi mañana el ayer desvanecerá, será un tiempo que el viaje espiritual olvidará.

No creo que lo sentido con tus besos de infante fruto, fruta madurada con el pasar de la vida, no lo creo, no se apagará la llama, aun que se vaya aquel instante de mi mente, sé que la emoción sentiré en eternidad.

De una u otra manera, de un ser a otro, ¿puede qué volvamos a ser nosotros...? Dos cachorros, otra vida que trazar, otro amor que disfrutar...

¡Ay! Si el sentimiento fuese infinito...Yo me quedaría siendo chiquillo, tú la niña de quince inviernos sin frío, me haría como entonces, ascua en tu espíritu.

¡Ay de mis tiempos de niño! Los que he vivido, los de tanta genialidad al sentir un amor tierno y sin dejar nada sin sinceridad.

Me iré, se marchará mi alma, pero tengo claro cielo, claro agua: «qué mi amor te tendrá en otra relación temprana, en otra infancia de caricias, esas que no guardan, que todo se lo entregan sin miedo al querer más, ni desear un mejor mañana, solo mirarnos, solo ternura entre jóvenes miradas».

Mi paciencia romperá la espera, ahí tras la pausa de cada sendero, seré y serás, seremos otra vez enamorados, jóvenes locos, pétalos volando en una ráfaga de aire, sin expandir y deshacer la infinita emoción infinita, sin que lo eterno se nos acabe, sin que este chiquillo, ¡vuelva a amar a su chiquilla!

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo
POeT@ Intemporal ©.

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