¡AY, EL MORIR!
¡AY, EL MORIR!
¿Temes, la segura muerte?
No hay que temer, es volar,
es físico separar,
es la gran eterna suerte;
pues dejas al fin de verte,
de ver miedos y temores,
de lidiar con los ardores,
de sacar del interior
la fuerza tan superior,
es su esencia todo amores.
Y así transciendes más fuerte,
anidando más notar
en otra vida que andar.
Sabrás de tanto perderte
que vivir es el quererte,
y amar desde los honores,
parando a tantos horrores,
y, siendo otro creador
dar el amor superior,
y en luz, apagar ardores.
Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo
POeT@ Intemporal ©.
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