SENTIR LA PRIMAVERA

SENTIR LA PRIMAVERA

He vivido el susurro de las sombras.

He salido del encierro de la pesadumbre.

He caído en el suspiro del guerrero herido por la deshonra.

No es el haber combatido en guerras sin razón, sino es lo batallado contra mi propio interior.

Soy de más a menor, hablando por supuesto por encima de ser y no restarle al yo mismo amor.

Pues es lo luchado, es haber sido lamento hincado, clavado en el ahogo de quemarme sin querer arder en el lamentable decirme: «eres como lo peor del ser humano». 

Pero me di cuenta, pude saber que soy más honrado y de idea para amar más y de igual manera a mis hermanos. 

Sé de herirme, sé de sentir lo oscuro, pero la luz siempre me ha salvado. 

Quiero y siempre he deseado, he sentido y siento la hermosa verdad de amar y no despreciar al ser que es reflejo, soy del espejo humano, al igual que ellos estoy con el poder conocer la esencia marcado, es seguir la senda, el camino de superarme a mi mismo, poder abrir el portal desde mi conciencia e ir al sumar de las bellezas de lo todo en humanidad, de darme para sumar y sumarme al amor de entrar en común, unir lo cierto de amando continuar. 

He ido al precipicio del ego que ensombrece, de ese poder caer he trascendido y hoy mi libertad es decisión de amar para amarme, es haber florecido y desde el brote de amar tener el aroma que suma sentimiento, de amores sin desprecio al tránsito de con mis congéneres brotar en igualdad. 

Hoy soy flor de mil perfumes, pero solo sé el unirme a ellos, solo es saber que la primavera es la que nos hermana, ahí, en la tierra para florecer en una igual belleza, la que suma florecer y no separa. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo

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