LUZ

LUZ

Educar a los pequeños. A esas diminutas vidas que aún no tienen vivencias para saber cuál es el verdadero camino, el que han de seguir, siendo dichosos sin peligros añadidos. 

Explicarles: que la vida es como estar en la cima de una montaña y sentir el aire acariciándote la cara. Es sentir el murmullo de las aves rozando con su velocidad el aire, y así hacerles entender que la diversidad en el amor, que lo diferente de cada ser, es superioridad de querer mejorar. Que es la Universal Verdad, la de ser y estar juntos sin demonizar, y convencernos de que la unidad es la mayor de las verdades y gratitud al caminar. Es que podemos encontrar a un niño sediento de saber de la vida, y decirle: «que ame toda su vida, que sea valiente y proteja a otros de las heridas. Y que habiendo vivido así, cuando llegue la hora de su final, se irá con el alma tranquila y muy enriquecida».

Seamos docentes con luz en las palabras, esas que iluminan y no oscurecen al alma.

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo

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