LO INTENTAMOS


LO INTENTAMOS 

Triste eras, triste te amaba.
Eras mi linda prisionera,
tu prisión la crueldad humana.
Yo te consolaba, te sentía, me acercaba,
hoy recuerdo como te alejabas.
Al recuerdo de tu alma apenada le he puesto una vela.
Al ahogo que tenía tu caricia cercana, le he dado lejano suspiro,
pues me dolía recordar tu sufrir en mi indefenso cariño.
Estabas con fármacos que no sanaban, ni te calmaban, ni eran la salida.
Yo soy de recetas en mi vida, ¡cómo tú! He de luchar conmigo, con mi mente cada día.
Pero no pude con amor tener tu presencia en la mía,
pues ni sentíamos un feliz amor, ni el querer apagaba la agonía.
Y es qué el sentir y querer amar entre turbulencia mental, a veces es incompatible con unirse para ser estables, ser pájaros que se acompañan al volar, solo es que sufrir más sufrir es igual al desespero sin disfrute, sin nada que deje al corazón sentir luz, es oscuridad de dolor sin cese ni calma en el transitar.
Fue daño y es peor saber que nadas contra el oleaje que fue la inmensa razón, esa de nuestro lejano amor, ese que se ahogó sin remedio en el mar de la contundente realidad y su hundido ardor.

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo
POeT@ Intemporal ©.

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