DE UNA U OTRA...

DE UNA U OTRA... 

Ayer fui a cazar. Me encontraba en el valle. Había un antílope apartado de su manada. Apreté mi mano en la lanza fuertemente, despacio la impulsé hacia atrás y dejé que volara con la intención de dirección hacia el animal. Tuve suerte, ¿según Dios? No sé de dónde viene el tener dicha, será... o quizás es por engrandecer el momento con divinidad superior. Di en el centro de mi objetivo, de mi víctima. Llevé a mi familia carne fresca. Compartí con mis vecinos. Después de una copiosa comida y de guardar algo para otros días pensé: «si no hubiese acertado en mi lanzamiento, siempre podría haber ido al campo de patatas. Y aunque no hubiese sido una comida tan lujosa, hubiésemos tenido alimento, y es que siempre tiene algo la tierra para calmar el ansia y lo más vital. Y sino, tenemos algo más que destacar, conformarnos y aceptar es sabiduría, esa que si andamos tranquilos y sin demasiado codiciar, tenemos más plácida el alma y podemos sosegar la ansia espiritual, en este tránsito que a veces nos despista de su verdad».

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo
POeT@ Intemporal ©.

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