VISTIENDO LA VERDAD


VISTIENDO LA VERDAD 

En la vida te caes y si te has de levantar te levantas, continúas si tienes que hacerlo, si no no queda otra opción, que dejar de hacerlo. 
Vale la pena el camino, si vives amando cómo te amas a ti mismo. 
Vale su peso en oro todo lo que consigues, deseos del amor, de los otros siendo felices, viendo eso mismo en los ojos de uno mismo, del existir de otros en el caminar destinos. 
Es nacido al bien el que decide amor ser y sentir. 
No es más cierto que vivir es vender el tiempo para tener lo básico, el sustento y cambiarlo por diversión y después seguir vendiendo esfuerzo para poder intercambiar, trato de deseos por aciertos de saciado encuentro de provecho por honestidad de sentido para el viajero 

Estamos en una deriva de falta de sentimientos. No miramos nada más que nuestra propia sed egoísta, y dejamos de lado a los que siempre intentan ser apreciados. 
¡Volverán las mariposas a posarse en las flores! ¡Volveremos los seres humanos a hacer brillar en primavera los colores! 
¡Gloria abrazando el amor, de un hermano a su hermano, de una mujer a un hombre, y de este hombre a ella en estimar, en mirarla como una igual criatura! 
En la senda ser idénticos derechos de disfrutarla. Pero nunca ha sido así… quizá, solamente se busca el imperio, la dominación, someter a otros para el imperioso interés de la fuerza y su condición: de ese querer ser sobre todos el que más violencia expresa, pues es poder el violento proceso de conseguir, de tener sobre los demás algo con lo que sobresalir. 
Así la humanidad camina, anda y vuela imaginando y no deja de pensar: que se siente algo ahogada, sin poder ser aprecio y amar sin tener que poseer, solamente es deseo de que se arrebate su sed siendo algo que tiene el proceso de poder, de dominar y de tener la vida en sus manos y la decisión de muerte o de sí un logro se halla para entender y entenderse también, de haber nacido para destacar, de ese marchar en un adiós sin haber conseguido el todo sobre todo… 
La humanidad sin haber sido más que ella misma, y haberse sometido, de haberse aniquilado el sentimiento de ser lo mismo, amando en un progreso de sentido de unidad y lograda libertad del egoísmo, nada ha de conseguir sin una simbiosis de amores, esos que den gloria y un sentido divino al haber llegado desnudos, y partir con un pasado de dominantes sin sentidos, para no hallar nada más que el adiós Indigno y lleno de material desahogo, y su vanidad de banalizar el amor y la emoción, la de una mentira hecha verdad, es con verdaderos vividos sesgos en la mente colectiva, sin ver del uno el avance de la unidad sin destrozarnos entre todos… 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 
POeT@ Intemporal ©.

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