NO SOLO, CAMINAR SOLO

NO SOLO, CAMINAR SOLO 

Andar solo, no es mirar solo por uno. 

Es de recibo decir que hay amigos y van viniendo algunos otros. 

Es la soledad el crecimiento íntimo, pero desde la interceptación con los demás, desde ahí reside el amor más elemental, es ser amor dedicado a los viajeros que hacen que se nutra tu verdad. 

Al sentir cercano el pensamiento de otro que se sana en tu compañía, ahí está la auténtica medicina al alma. 

Y es que la relación de humano a humano, es sabiduría entrelazada con el sustento de la conexión infinita. 

Estamos en simbiosis de esencia a esencia, somos la misma sed compartida, y desde el manantial del todo se empoderan nuestras vidas. 

Pensar y hacer algo único, no es otra cosa que tener capacidad única, pero al unir virtud, de ahí se enriquece nuestra evolución futura. 

Venimos del polvo de estrellas, siendo el brillo en comunidad el cierto estallido de energía, esa que hace seguir el sonar de nuestra eterna melodía. 

Traza el bien y ten gallardía, pues de la bondad crece el fruto que alimenta el progreso que es y será la vida. 

Soñando en un despertar unido y de todo ser la ensoñación y el derecho, derecho de ser un viajero que sueña despierto. 

Y si los sueños son secretos momentáneos que nos dicen la verdad, sentimiento y lo que es mejor para seguir creciendo, no es menos que su saber entrelazar la ansia espiritual de todos los que viajamos y deseamos ser el amanecer, el que un día en la simbiosis del amor y su guía nuestro subconsciente despertará. 

Lograr ser la emancipación del yo y llegar a amar al otro es lo más, más vital para hacer y ser dignos alumnos del mensaje de la docencia universal. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 

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