VENGA...


VENGA… 

Desquiciado el mundo interior, parábolas que siempre atentan contra mí yo más preciso de dolor. Links sin verdad de estima y enraizada autoestima ausente de la vida. Y no es la amargura solo por el devenir e ir del mundo, es ver como transita desgarrando las raíces, las que se secan. 
No lo estamos regando con gratitud y cariño de verdad por tanto brotado. 
El amor está apartado, nos desgarramos, desigualmente apartando, nos destrozamos. 
Somos contrarios, pero hay esperanza aún, hay un amor en cada uno, un mundo del que sacar empatía. 
Hagamos un gran y hermoso ciclo que empiece ahora, que las almas transparenten su esperanza, su pasión de amar y de hacer crecer el amor que todo lo salva. 
Vayámonos del rencor, huyamos del odio, enlazar todo el amor y lleguemos a ser el verdadero humano sortilegio, y así lo más hermoso y cierto, amar sin precio. 
¡Cambiemos esta vida! Yo quiero, ¿te animas? 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 
POeT@ Intemporal ©.

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