Y NO EVITARÉ VERSAR

Y NO EVITARÉ VERSAR 

Llevo tanto desangrando mi tinta en versos. Llevo tantas horas escribiéndole a la prosa de riegos y nutrido desvelo. Ahora soy sed desmedida, idea de que el vacío inunda todavía esa y esta, mi vida. Es su hambre, es mi artífice de esperanza, es mi ritual de seguir, solo poesía. 

Y avanza cuál sangre que viaja en otra oportuna realidad, pero me he dado cuenta y ahora con más claridad, que estoy pensando: «que lo bello y hermoso no está donde yo había mirado, solamente miraba con ojos de distinto ser, y un hombre más qué piensa en lo mismo: ¿de ver al semejante con idéntico brillo?» 

Ya no pienso, solo es lo enquistado por un tiempo, lo que se anida y aún duele en cada instante. Llevo tantísimo queriendo ser poeta y aunque me llaman con ese nombre aclarando: ¡versas! Todavía más fuerte la huella pesa, como si me pesara el pie del Dios de la incerteza. El cuello aún noto oprimido, no respira mi ansia, esa a la que pertenezco: la humanidad sedienta de morbo, de disfrutar con el dolor ajeno. Los humanos que caminamos y no nos damos cuenta, ni nos percatamos que el vacío es solamente una hermosura que ya yace en algún lugar, que va sin desnudar lo importante de verdad. Cogiendo terreno va nuestra mezquindad, por el fuego que un día a todos nos quemará. Sigo día a día escribiendo poesía, y no sé si estaré vacío cuando muera y mi alma se lleve solamente lo vivido en un recuerdo instantáneo, masivo al marcharme y exhalar el último suspiro. Me llamas, me dices, me gritas: ¡¡¡poeta!!! Y yo no puedo hacer otra cosa que mirarte y notar como mi alma poco a poco se quiebra, y pasa al volver en un instante por el camino de vacíos, para nacer y volver a ser verso que se escribe en una vida, en un trasiego, en una nueva locura que vivir y en la que volver a ser siervo de la vida, y nutrido ser de fuego y de la calma huidiza del camino. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 

POeT@ Intemporal ©.