LO MÁS TRISTE ES QUE LOS OIGO DENTRO


LO MÁS TRISTE ES QUE LOS OIGO DENTRO 

Mares separan, pero separamos más los humanos a las almas. 
Somos los que aniquilamos la vida con el egoísmo como una ardiente lanza. 
Y en África duermen mirando la orilla, esa por la que se jugarán la vida, para llegar a una mejor vida. 
¿Quién dijo que el amor no puede soñar en crecer? 
¿Quién ha dicho que las vidas se han de ahogar en su padecer? 
Mi alma esta noche está en vela, pues siento el amor lamento del hermano que con ansiedad desea tener un camino prospero. 
¿Nadie más los oye? 
Solo son los gritos del sufrimiento silenciado por el fanatismo, ese que tiene precio y se paga con su raudal el torturado sueño, soñar derrotado al hundir la esperanza de parte de nuestra humanidad. 
Ya se ha callado un querer y no poder nadar, ya será arrastrada la ilusión de una esencia que solo quiere una vida, una con aprecio a su presencia, solo es tener la oportunidad de sentir sustento y que no se cubran los sentimientos de saliste, sal que se queda en un cuerpo, en la profunda rabia de otro olvidado, otro sumado muerto. 
Esta noche no quería irme a soñar sin pensar en tantos…, esos a los que sin poder hacer nada también los estamos ahogando. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 
POeT@ Intemporal ©.

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