REFLEJANDO BRILLOS

REFLEJANDO BRILLOS 

La muerte sobrevuela nuestras vidas, mientras estamos paseando por la tierra y sus avenidas. 

Y se deja caer en cualquier momento, cuando despista su vuelo el destino, que como ráfaga de aire empuja a la «Parca» y la trae a tu realidad de improviso, para llevarte al son de la danza del infinito. 

No somos dueños del tiempo que nos queda, simplemente porque no lo decide nadie… solo es un suspirar la vida cómo alivio del que todavía está y no sabe… del que todavía continúa y puede nutrirse aún de vivencias, de bondades, de placeres, de ideas, situaciones de complejidad en infortunio y sus desenlaces. 

Hay tiempo que complica la vida en turbias locuras, pero eso también forma parte, es forma de lo que el vivir lleva y trae… 

Todos llevamos un reloj, pero sus manillas van hacia atrás, no marcan las doce después de las once, sino que marcan las once después de las doce. Porque el tiempo no es el que vamos a vivir y este se va a ampliar, sino que es un paso que no cesa en su empeño de que en el último momento miremos hacia atrás, para saber si ha sido concluyente el destino con nuestra ansiedad, de ser y de haber creado algo para no haber pasado por nuestra vida sin más que nada, sin menos que todo… de vivir y realizar lo querido y deseado de cualquier modo. 

Somos pequeños universos, que tienen que iluminar y como en todo universo hay espacios entre las estrellas, también hemos de atravesar la inmensidad de cada momento y cada emoción, porque esa es lección para crecer y que la vida no haya sido un recorrido de Ausentes Melodías, que hemos de poder escuchar, para también así bailar y que hayamos brillado en la VIDA y sus momentos, esos, los nuestros, pero que reflejando son destellos en el todo y sus nexos en todos los viajeros. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 

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