LAS PEQUEÑAS RIQUEZAS


LAS PEQUEÑAS RIQUEZAS 

No se necesitan riquezas ostentosas. 
No se necesitan grandes tesoros ni tampoco cantidades gloriosas, ni frases que te alaben, ni tampoco palabras encantadoras. 

No hace falta tener un gran intelecto ni ser un ser humano célebre, ni siquiera hace falta que te admiren ni tener fans que te griten e idolatren. 

Amor y lealtad, simplificar lo pequeño, lo sustancialmente bello, el aroma en frasco diminuto, ahí reside la verdad de lo auténticamente hermoso y divino. 

Con una sola palabra, con una mirada de ternura, con un abrazo íntimo, con un clima de confianza que te llena totalmente el espíritu, con esto tu camino es más calmado, tu ser está más apaciguado y en las pequeñas cosas se encuentra la verdadera felicidad, a la que todavía no hemos llegado… 

Son los pequeños momentos, los que te hacen el tiempo más eterno. Son esas maravillosas y encontradas horas en las que te sientes feliz y tu alma se acomoda, porque en lo más insignificante para ojos del codicioso, para el palabrerío del que no buscó otra cosa que tener a rebosar el bolso, de brillos que no resultan relucientes, porque lo que de verdad te hace tener gozo consciente, es el pequeño instante que en infinito se convierte, por su bondadosa caricia de verdad insultante y grandiosa felicidad, esa que a tu ser lo envuelve y llena de verdadera serenidad. 

Pues sí, en lo pequeño se encuentra lo más importante para gozar y disfrutar, cuando te despojas de ese sesgo de acumular, ahí y en ningún otro lugar reside el hermoso manantial. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 
POeT@ Intemporal ©.

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