CONVERSACIÓN SIN MEDIDA



CONVERSACIÓN SIN MEDIDA 


Dime una cosa: ¿qué ves en la medida del tiempo?,¿es qué acaso no te rindes a su paso de vida y final hacia el letargo? Tú te preguntarás: ¿por qué me dice, me cuenta si mido o si vida se descuenta? Pues, nada, estaba mirando un reloj, miraba como se iba trasladando su aguja de minutos, ese minutero, y me dije: voy a preguntarle a mi yo ¿qué cree que es lo que pasa si no tengo medida y voy sin contar lo que gasto de vida, o lo que me regala el trasiego sin que duela demasiado esta travesía? Y, ¡¡¡sorpresa!!! Me he terminado quedando sin tiempo de explicarte, explicarme a mi mismo, eso de que pase lo que pase con lo del destino no me quiero poner pesado, no me insisto con si pasa o ha pasado. Nada de seguir mirando el reloj, no me importa si va más lento y hay que agradecerlo o va veloz y me hago cruces por su rapidez, dejando menos que hacer, pues si llega hoy, mañana, o vete tú a saber… no sé y tú tampoco tienes ni idea. Quisiera que lo que venga desde ahora pongamos todo el tiempo, medida que no controlo, no, tú tampoco la controlas. Si desde este instante no me importa si hay una hora u otra en ese marcador, si simplemente me dejo llevar por el canto del hermoso y lírico arrullo de los pajarillos, si se pone mi alma el traje de luz y vuelo, vuela mi esencia sin dudar a algún cielo de amor. Pero no sé si te lo he dicho, pero nada que sea con tiempo o sin su paso incansablemente medido me dejo de amar, y así mis alas relucen, así estoy bien preparado para amar lo que queda y sé que amando mi tiempo bien ocupado habrá estado, habré hecho lo mejor por este viaje medido de días y horas, pero de vivencias inciertas, es lo sentido y tan hallado lo que crece dentro, esa medida de amor es la verdadera esencia de sutil simpleza eterna, es esa la resonancia que crece y se acrecienta en medida dentro del alma, y su legado de lucidez sabia e infinita es galardón para subir creciendo, para así más sendas llenar de paz y evolutiva riqueza. Aquí acabo, ¡ya, ya lo sé, què soy pesado con mi dispersa conversación conmigo mismo!, pero es que así me paso el rato y se pasa más lento el saber que soy tú y yo me mimo amándote cómo amo al común lenguaje del todo hacia mi yo, tú en mi proseguir, nuestra y cada implícita en muestra de un medido camino, todo enlace del amor mismo destino aleccionador infinito. Somos único y la vida es de todos el realismo que enlazados seguimos, así es cómo es y ha sido, tal cuál ha de ser, volvemos, seremos. Nada qué es seguir naciendo, acabando y prosiguiendo más y más destinos. 

Nos vemos aquí, pero cuenta con este percibir, será cantidad en la otra vereda espíritu, otra vez contar y descontar para sentir lo que vivo y, vivimos. Viviré y he vivido, aunque no sea con números mi contador de energías va sumando proezas el ser, ese, ese nuestro, el interno ciclo, es amar y así pasó y será eso de sentirlo todo…, hasta los alivios. Nutrir el alma es saber haber vivido, así de explícito eterno aliado mío. 


Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 

POeT@ Intemporal ©. 

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