LA AÑORANZA DE SU AMOR

LA AÑORANZA DE SU AMOR 

Un tenue y sutil beso a medianoche. 

Yo un niño sediento de amor. Echando de menos su abrazo y calor. 

No podía hacerle ningún reproche. 

Él era esfuerzo para que nada me faltara. Entregó su vida y su tiempo para que mi futuro se hiciera realidad y mi destino brillara. 

Todos los días doce horas en la fábrica. 

Volvía con las manos arrasadas de mover tantas chapas. Apenas disfruté del tiempo de mi ejemplo añorado. Pero no le tengo en cuenta nada, porque comprendo que lo que hizo fue lo mejor para su pequeño de tímida mirada. 

Hoy recuerdo aquel beso en la tenue noche, cuando yo estaba entrando en los sueños, notaba su delicada muestra de amor, para compartir desde el calor de aquel prisionero esclavo del dinero un amor lindo y pleno. 

La vida es injusta porque no es tiempo regalado, porque si no existe el trabajo remunerado, hay carencia de lo deseado. 

Hoy te escribo estas palabras: a ti Padre qué tanto me has faltado, qué tanta carencia tuve en mi niñez de tu amor y presencia. Pero hoy comprendo que fue por mí bien. Qué lo que hiciste entregando tu tiempo; 

fue para que yo estuviera bien y no tuviera faltas ni de bienes ni de enseñanzas. 

Solo cuando el destino te entregó la calma y dejaste aquel oficio aparcado y colgado el mono de una percha oxidada, suspiraste de tantas noches llegando a deshoras derrotado y cansado. 

Solo en esa época pude darte abrazos cuándo se me antojaba, cuando los dos lo deseábamos. 

Fue en ese momento cuando te merecías disfrutar de tu tiempo.

Fue cuando yo sentí todo tu aprecio. 

Pero qué lástima que infiel el destino que a veces no respeta el querer aprovechar la cercanía y la belleza del amor. 

Cuando por fin pudiste entregarte te marchaste una mañana con el alma cansada, pero lleno de amor y de esperanza. 

Y yo te abracé durante un tiempo eterno y me despedí del esfuerzo y el amor paterno.

Estas frases son para mí ejemplo: padre de esfuerzo, besos entre sueños. 

Solo nos faltó tiempo, pero hoy lo entiendo. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 

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