DEL FULGOR AL FRÍO



DEL FULGOR AL FRÍO 

Desde que tengo uso de razón he conocido el desprecio y su desolación. Me sometieron de niño aquellos violentos a los que les llamaban gamberros. Y solamente pude defenderme volviéndome como ellos… 
Después fui despreciado por el amor, por no unirme a los vándalos que hacen uso de la incomprensión más absoluta, que es el violento golpe para decir la suya. 
A continuación, en un espacio pequeño de tiempo ya perdido en el ayer, en el que me volví un disparatado chaval que atentaba contra la integridad de los demás y, ahí se fijaron en mí, otras esencias, ¡qué curiosa es la vida! Cómo se destaca de esa manera. Bueno, ya sabemos que el ser humano es una pasión viva, y eso no quiere decir que sea mejor, sino a veces o casi siempre lo contrario de lo que se espera de una caricia. Después crecí y me di cuenta que ya me daba igual que atentaran contra mi integridad y derecho de ser como los demás… 
Empecé a quererme mucho, a desearme a mí mismo lo mejor, ha no entregarle a nadie dolor. Y así sigo hoy en día: siendo coherente con mirar a los otros y desearles alegría. Este es un pequeño trazo de lo vivido hasta el día de hoy, día de distancia y frías medidas. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 
POeT@ Intemporal ©.

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