NO LO HABRÁ SIN LOCURA

NO LO HABRÁ SIN LOCURA 

Los locos somos seres que no andamos ni bloqueando ni entendemos que nos bloqueen. 

Simplemente hay un asustado dentro de nosotros, un brillo poco iluminado. 

Porque la energía que tendría que hacernos continuar no llega, está en algún lugar… 

Lo que hace esa sí que está bloqueada con un muro de oscuridad, que es la realidad que muchas veces no entiende el espíritu y en el viaje no se puede contemplar la fatalidad de estar vivo para sufrir, para lamentar. 

No somos muros, pero estamos detrás de ellos. 

La gente que nos estigmatiza, esa que nos rechaza y nos pone etiquetas, está ciega de realidad que obceca su imprevista aceptación por su mente irrealista y pérdida. 

Estas sociedades alejadas en laberintos de oro, estas que no entendemos. 

Podría decirse que somos cómo pájaros volando en un cielo que no vemos. 

Y somos tan libres que nadie nos reconoce y nos apartan y nos señalan con sus dedos. 

Un dedo nos señala por el miedo que sienten a lo incomprensible. 

Otro dedo lo hace para hacer que no pensemos que valemos y nos apartan de la actividad humana, haciendo ver que somos inexistentes para trazar junto a todos un mañana de porvenir hacia más vencida torpeza humana. 

Y hay un tercer dedo que nos toca al señalarnos y nos intenta aplacar los sentimientos, las emociones y dejarnos opacos. 

No queremos, no somos así… no queremos que nos vean y nos dejen acumulando en el interior ese egoísmo, ese del que ellos son orden y sumisos. 

Nosotros no somos siervos sin ninguna libertad por la que no soñar otra realidad. 

¿Y para qué la realidad, sino hay belleza y amor en unión y lealtad? 

No es igual dar que entregar en inclusión fraternal. 

Hay que tener todavía ilusión por lanzar locura y acoger el verdadero sustento del amor, que aunque algo loco sea de verdad y no esté tras un muro más duro que el hormigón. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo P

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