CICATRICES DE CIEGOS




CICATRICES DE CIEGOS 


Ven y abre la puerta, 

verás el viento en la ira. 

Verás si vienes que ya está en lejanía. 

Sé, sé la herida cerrada. 

Sé, y no seas más la rodilla hincada ante el doloroso suelo que quema,

al igual que se posa después la ceniza tras el ser que grita. 

Ven alma sin paciencia y ¡vamos!, 

vayamos lejos de la orilla donde los peces no respiran. 

Sé la plácida locura que en mi se excita, pero ya ni caso le hace mi vida. 

Ves lo que he logrado con aquello, tanto que he pasado. 

Ya ves que no se espera… lo que será algún día pasado. 

¿Y yo crees que he sido un simple perturbado? 

Ya, no lo dices pero lo estás pensando. 

¡Vaya! Te he pillado, no dejas de ser uno más de los que se llaman a ellos mismos normalizados. 

¡Sí, ya eres la correa y el pastillon atravesado! 

¿Y así vas tú a mi espíritu intentar salvarlo? 

No ves nada de lo que es real en el hiriente túnel de la locura. 

Nada es más ciego como una sociedad de espaldas a sus hermanos. 

Ves lo que estoy versando, solo sal que escuece en mi realidad sin remedio de irreales espantos. 


Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 

POeT@ Intemporal ©. 

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