LA MIRÉ DE FRENTE




LA MIRÉ DE FRENTE 


La tuve tan cerca que casi la toqué. 

Estuve a su lado y no me asusté. 

Era preso del dolor y de su afluente de encerrada sed. 

Pasé sed de paz, sed de desvelo de los golpes de aquel gran sufrimiento. 

Era desconsuelo por estar vivo y sufrir tanto que no hay alma que lo soporte. 

Se desangraron mis pensamientos cuando caí y se abrió en canal mi carne y mi conciencia se perdió en ese desasosiego. 

Me absorbió el escándalo de desear el abandono. 

¡Y sí!, fui escarmentado por la decisión del destino, al que hoy en día todo se lo otorgo. 

¿Qué si estuve a punto de atravesar la línea? 

¡Sí, estuve, y no quiso que me alejara de ella la vida! 

Hoy soy lo que pasé en antaño y sigo lúcido de lo vivido, porque sé que aún me queda algo de tiempo en la travesía. 

Vuelo como pájaro herido, pero con las alas a salvo, pues la herida está en el corazón de recuerdos prendido. 


Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 

POeT@ Intemporal ©. 


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