SOLO ACEPTAR Y CALLAR

SOLO ACEPTAR Y CALLAR 

Ya está pasando el otoño. 

Por las tardes comenta con el vacío:

«No te llevarás nada mío, simplemente dejo caer lo que ya no es para mí, lo que no es fondo ni saber nada de lo que no es sabiduría, lo que ya no engaña ni a mi ni a mi gente. Para mí todo ya pasó, por aquí ya me voy como vine, solamente con unas tijeras plateadas y con una mirada que expresa algo sublime. Solo es un manto, solo son hojas, solo es el callado lamento que tras algo que tapa la boca separa sentimiento de beso y de caricia con labios unidos en cuerpos secos. Ya me voy, ya os dejo, ya te dejo a ti también silencio, ya se va todo y ya se alejan los labios junto al grito, y el grito dice que estará poco tiempo, pero solamente hay soledades que oyen tanto lo maravilloso que podría ser el que te sigue queriendo. Tenerte volviendo a querer y siendo tú solamente solo tu tacto, solo tú, beso en la frente, solo caricias y respeto. Os vais, me voy, ya se acabó mi tiempo». 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 

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