Y EN TU MIRADA



Y EN TU MIRADA 

Una y otra vez la vida trae sed y se lleva nacimientos. 
En un momento todo se ahoga en el interior. 
Llora tu espíritu, se te desgarra el corazón una y mil veces. 
Gritarás y también pasará ese ahogo que quema tanto como un fuego descontrolado en algún bosque que no se cuido. 
Siempre hay que tener el amor propio fuerte. 
Dicen qué hay que ser mucho más que alguien que se deja llevar por los tiempos, llevado de la mano del que paga con dinero, y te va dejando el aroma apagado, que no lo sientes ni tú mismo. 
Se puede ser alguien que disfruta, alguien que salió corriendo, huyendo del abismo, de la fatalidad, que es disfrutar con lo morboso cuando a alguien le duele ser e ir sintiendo. 
Y otros dolores en los ojos ardiendo, de esos que sufren en el olvido. 
Solamente decir que la llave la tienes tú, levántate por la mañana cuando el sol acaricia tu alma y abre la puerta, y si hace falta rompe el cerrojo y sal a las calles con la mirada llena de gozo, qué es salud, eres pantera robándole dicha y quitándole con valor vida al poderoso. 
Qué vuelvan tus esperanzas a luchar por la felicidad, qué es para ti y la tienes que lograr, y que nadie eso lo puede debatir, pues estamos en el viaje no solo para resistir sed y hambre de llegar a ser feliz. 
Sé vida y une creencias, por una comunión entre la paz y el amor, y no solamente para sobrevivir a un mundo falto de emoción. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 
POeT@ Intemporal ©.

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