AL ESCRITOR DEL VIENTO




Al ESCRITOR DEL VIENTO 

Conté en los pueblos de Andalucía con un amigo de talento, un poeta que escribía las caricias e inclemencias de su vida. 
Su pluma era una suave ráfaga de viento y sus palabras puro sentimiento que se deslizaban por el viento.
 Él era un superviviente de los golpes del camino. 
Se hizo un escudo que le libraba de los malintencionados consejos de los que intentaban que dejara de plasmar su talento. 
Eran envidias de unos falsos consejeros que querían que dejara sus  reflexivos sonetos. 
Un escritor hijo de las playas andaluzas siempre inspirado en las aguas del mar sereno. 
Un señor que se hizo a sí mismo. 
Un soñador que juntaba y enlazaba palabras con los pasos de su destino. 
Bohemio de sentir verdadero, el boli le llamaban en aquellos pueblos. 
Porque apenas le duraba la tinta. 
Como un poeta sediento de expresar sus sentimientos y proezas iba trazando poesías. 
Sus frases eran lamentos y dulce alegría. 
Todo ello salía de los caminos y senderos andados y plasmando en unos versos llenos de tropiezos daba bellos cantos a la vida y sus quebrantos. 
No tenía problemas en rimar palabras y jugar con verbos, esos que sangraban de todas sus libradas batallas, sin vergüenza ni prejuicios ante nadie ni nada las expresaba. 
Un redactor de sentimientos, (el escritor del viento). Esculpido en noches del Sur y arropado en la madrugada del mar dorado y las montañas escarpadas. 
Naturales y bellas estampas que le inspiraban las palabras que salían desde su alma. 
Un hijo de la maravillosa cuna flamenca y soñada. Gozoso era de ser dueño de la belleza de sus palabras. 
Casi todos en su tierra lo admiraban y lo tenían como un visionario de la lejana y esperada mañana. 
Del futuro con el que soñaba, un boceto que en su mente creaba, una obsesión en sus pasos era proyecto vital que quería llevar a cabo. 
Escritor que por el viento ayudado creaba versos con arte y desde su belleza interior iba tallando. 
De un linaje de bohemios y soñadores. Hechos de acero y plata que transmitía en su mirada.
 No dejes de escribir y de compartir tus anhelos y virtudes. 
Que en cada pueblo que visitas recitando y tu talento brindas, son elogios los que te gritan las gentes que conoces a tu paso y alivias sus temores. 
Sigue con tus rimas sinceras y de nobles sentimientos. 
Escritor de talento, eres un amigo al que tanto echo de menos. 
Hoy te pienso y recuerdo tus proyectos de una vida llena de talento. 
Aprendiz del destino hoy te recuerdo, hoy has venido a mi cabeza y te estoy escribiendo. 
Verdadero Ángel soñador, que siempre estás en el aire jugando con mariposas y aves. Sin soltar nunca tu pluma para en cualquier momento dejar plasmado un soneto con guirnaldas de colores y tinta que rebosa arte. 
Arrollador talento le das envidia al sol que se apega al aprecio de sentirte brillando bajo su reflejo. 
Porque eres un artista que a todos maravillas. 
Susurras al viento con letras de lo verdadero. Le dictas tus pasajeros instantes al tiempo en bellos versos, y decides tus andanzas con ese escribir tus palabras con mágicos brillos de talento. 
Tus palabras dedicadas al murmullo de los vientos hoy son también mis versos. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 
POeT@ Intemporal ©.

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