UNA NOCHE DESPERTÉ




UNA NOCHE DESPERTÉ 

En el empuje de la noche, saliendo de juerga con falsos amigos, con colegas de botella, con entradas en un baño dejando tiza en el suelo, sin atender a la música en esa discoteca de luz colorida. 

Ebrio en busca del amanecer, para acabar con un destierro más de la realidad, surcando la pista en bailes mareados te vi… una luz alumbró tu cara, y no sé cómo te acercaste a mí, me pusiste tu mano en el hombro y me invitaste a salir fuera.

En el callejón me dijiste tu nombre, Valeria te llamabas, tu teléfono escribiste en mi mano y volvimos dentro a seguir la jarana. 

Terminó la noche y el desvelo, volví a mi hogar desechos mis adentros de veneno, esos que llevaba dentro, me dormí pensando en ese encuentro y mirando tu teléfono en mi móvil, esos números digitalizados.
Desperté en la mañana muy temprano, con la boca pastosa y el cuerpo temblando. 

Lo primero que vi al abrir los ojos fue tu número en mi mano, también al móvil pasado, y cogí y marque aquellas cifras, contestaste, escuché tu voz y quedamos.
En la tarde nuestro encuentro fue como un relámpago en el viento, nos besamos abrazamos y sentimos nuestra emoción sin desaires. 

Te cogí dos dedos y prometí allí delante de un cerezo, que lo que viste en aquel local oscuro y mugriento no volvería a ocurrir contigo a mi lado. 

Y juntos seguimos desde aquello, mi vida cambió se abrió mi cielo.

Una noche conoces a alguien y puede ser tu futuro, tu destino, el comienzo de tu vida en compañía, hasta el final de este baile, pero el sentir sé que será eterno. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 

Poeta Intemporal ©. 

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