PAPÁ, CUANDO SEA MAYOR…



PAPÁ, CUANDO SEA MAYOR…

Papá cuando sea mayor quiero ser médico. 
¿Por qué hijo mío? 
Pues porque me he dado cuenta que lo más importante en la vida es poder vivirla con tranquilidad, y sin que duelan las heridas. 
Porque quiero que tenga sentido mi camino. 
Quiero ser ungüento para los que viven y les cuesta tanto el día a día, y pasan frío y temor en la vida. 
Quiero ser la paz en sus almas, el abandono de su dolor, y que sientan de nuevo la felicidad en su cuerpo y la calma en sus pasos costosos, en este viaje tan bello como el canto de las hadas sin complejo. 
Hijo para eso sigue estudiando, sigue siendo lo bueno que eres en todo lo que haces con ese maravilloso entusiasmo. 
¡Si papá!, así lo haré. 
¿Sabes una cosa? También lo quiero ser… 
Quiero ser el que arrebata el sufrimiento del interior de cada ser que va caminando junto a nosotros, en este sendero de tanta hambre y tanta sed, no de sed de agua ni hambre de alimentos, sino muchas veces de la falta de salud, y así poder verlos seguir disfrutando de los sentimientos. 
Padre, quiero decirte que ahora que estamos pasando un momento de encierro y el dolor es tan tremendo. 
Ahora que abandonan el vivir algunos de nuestros viejitos, de nuestros queridos maestros. 
Sé que los que están en la vanguardia de amar y protegerlos, lo están pasando mal. 
Pero son esos los verdaderos guerreros del amor y su verdad. 
Por eso papá, seguiré el camino de los estudios. 
Me prepararé como el mejor médico, y así el día de mañana en mi futuro, seré uno más que lucha por la vida y por qué el padecimiento no sea tan fiero en los días de tantos, que lo único que quieren es seguir viviendo y ser felices como otros que navegan en este mar de espantos, que parece que de oleaje tremendo está ahora embistiendo contra los seres que habitamos esta vida, esta que no hemos tratado bien. 
Porque hemos de girar el rumbo y volver un día a salir a abrazarnos y ser mejores unos con otros, y darle a la vida el lugar que merece, y no provocar más dolor ni más egoísmo, y así ser todos la paz en el camino, esa que hemos apartado por cosas vacías de dicha. 
¡Qué bonito hijo mío! Pues sabes una cosa yo estaré a tu lado, y te ayudaré a que sea más liviano el camino. 
Gracias papá, seré un buen médico y estarás orgulloso de mí. 
Por supuesto, siempre serás lo más importante, porque tienes un corazón que lo único que siente, lo único que le late: es la empatía con los demás, y que el dolor de todos los seres acabe. 
¡Sí! Seré doctor y la vida cambiará. 
Seré cura donde el alma duela y la vida arde. 
Así será, y tú lo verás querido padre. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 
Poeta Intemporal ©.

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