A LA DERIVA DE LO IRREAL




A LA DERIVA EN LO IRREAL 



Fueron momentos de seguir ferozmente los desequilibrios de una vorágine, que sumergía mi mente en un remoto y antiguo recuerdo. 

Pero estaba lleno de falsos deshielos, de alucinaciones congeladas, hechas hielo. 

Lejano pero tan cercano a la vez. 

Añejo pero presente en mis adentros. 

Expirado y vacío de presencia en mi presente y del caminar de esta vida.

Pero a la espera me observa y me mira en un confín, una lejanía, la lontananza de una vida, ¡mi vida!. 

La que fue paranoia y quiso hundirme, para toda la existencia, para toda la vida. 


En la tiniebla estaba, todo oscuro. 

Mi mirada era fuego que ardía y se apreciaba en la nebulosidad, en el recuerdo de lo absurdo. 

De esa lejanía puedo recordar mi osadía, el denuedo y los redaños, que con audacia me hicieron escapar del letargo, de un espíritu congelado. 

La piel azulada, por una sangre contaminada, del virus de la irrealidad trastornada. 

Una vida inventada surcaba mi alma. 

Las paranoias y el miedo lo invadía todo y se rompía mi calma. 

Llegué lleno de jirones, pero libre y con una sensación de que no volvería aquel lugar. Dónde me sumergía, en el fondo del delirio y la locura mi ansiedad. 

Solo había oscuridad dónde se esconde lo real y lo sincero del pensamiento. 

Hay formas de recordar lo que uno ha sido, dónde ha estado y esperó en silencio. 

Pero cuando vuelvo al recuerdo, hacía atrás en mis travesías, no sé cómo pudo nacer esa valentía, tener los redaños para salir de aquella vorágine y tormenta enfurecida. 

Pero lo hice, volví del delirio que me atrapaba y escape de mi mente engañada. 

Ahora soy el que volvió de la lucha, de combatir contra el falso y maldito pensamiento, de creer que lo que vives es lo verdadero y cierto. 

Solo un engaño, solo era eso… 

Hoy camino con los zapatos bien ajustados y el abrigo abotonado. Evitando el frío del camino, entre nieve y rocas, donde se perdía mi realidad y torpe manera de percibir y sentir la verdad de verdadera niebla en oscuridad. 

Una frase define todo lo que fue un pasado remoto de furiosa marea furiosa por la tempestad. 

¡Y es ésta!: 

La tormenta de delirios, tempestad de locura,  no venció mi cordura. 

Ahora soy un guerrero, que sobrevivió a la lucha y vive con la duda… 

De sí… Si volverá aquella tortuosa aventura de huir de la sombreada locura. 


Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 

Poeta Intemporal ©. 

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