DESTIERRO DEL EGO PATRIARCAL



DESTIERRO DEL EGO PATRIARCAL 
 
Se decía no es más que educación, la cultura supura cambio hace poco: pasarán doscientos años para que la verdadera igualdad llegue, y las cunas ya no sean rosas y azules, sino que eso de igual, pues no haya condiciones de género para ser, para trabajar, para amar. 
Serán los tiempos que tumbas arrastrarán. 
Vendrán generaciones más abiertas de pensamiento, se irán los complejos y la lucha cogerá más temperatura, y la maltratada será más veloz en el viento, cogerá altura el vuelo de las damas... y será fortuna su destino para equipararse al de los hombres... y acabaremos estos mismos con los malnacidos. 
Pasarán muchas épocas. 
Habrán momentos duros, caerán muchas en la guerra, mis guerrera, ¡qué absurdez!, cuerpo frío, ya no se mostrará como pieza que vender. 
Estallaron muchos vacíos de lágrimas, desbordar al ángel, inocuo su caminar dejar, los cuerpos tímidos sin ahogos irán al libre desapego de la maldita manera de golpear, para gritar. 
Pero al final yo creo que la estampida de la igualdad empujara al odio, y al rechazo con su único y lo absoluto arder del marchito poderoso, imperio del semental de odios y reflujo de muerto despojo, no es hombre es mal de rotos odios, que lidian con lo propio, el mal sendero, progreso hecho despojo. 
De la dama de igual derecho de ser libre, por no ser la digna de tener igualdad, no es una vana libertad, no le dais ese lugar. 
Cambio que solo puede llegar al desencadenar la vida de tanta cadena que aprisiona la dama al altar, y al velo de sed de un manipular. 
Porque ese final ha de equipararse en siendo humano el continuar, a su igual deseo de derecho, verlo en cierta y certera realidad, pasarán dos siglos y ahí puede que ya no se oiga el golpe varonil en sentimientos que rendir. 
Lo sé, sé que en ocasiones el viento agresivo de un mordisco le arranca la piedad al grito. 
Sé, que todo es complicado, que se hace un riesgo totalmente atormentado, eso de luchar contra los que son machismo de desfasado camino, pero tranquilas que ahí estaremos, los que no vamos en ese bando. 
Ríos empujar, ir contracorriente del patriarcado de rechazos y maldad, llevemos al mar del infundio al marear la vida, de las que no piden más que remar como el que más, y así estar respetada su misma esforzada travesía por igual, trabajos e igualdad, no eres más ni es ella algo que apartar. 
Empujar, hemos de ser empuje al cambio real, de tirar, unos ir dando por delante empujones al rechazo, al marchitado de cariño olvidado, y otros por delante tirando, del cordón del existir, que no desmejora ni a mujer, ni sed de igualdad de la bondad, manipulación crea en el ser eso de dominar, ni al macho de tanto vacilar dar lugar, no es más que la vida, por estar esta para todas por igual, empieza y va a terminar la cortante manera de desigualdad.
A qué hay que esperar, si no damos caricias y lucha, seremos igual, que esos feroces de golpes, porque no tienen otra inteligente manera, solo violencia es su expresión, inútil proeza la del varón inepto sin nada que aportar al evolucionar. 
Y seáis libres, al aire gritar, y no temáis colmillos del viento, pues ahora seréis el tornado que expulse al machista perverso, ese que con sigilosa dulzura pintada de mentira, hecha máscara, trata a la igualdad manera de navegar, como algo sin nada que aportar. 
Más valientes quiero oíros respirar, porque estaremos codo con codo luchando, y sí, pasarán muchas épocas más, para llegar a esa amada y deseada real igualdad. 
Pero la humanidad al final por respeto a ella misma la tendrá que encontrar, el suspiro no es de ningún ser propiedad. 
Tendrá que darle lugar al mismo ser, como mismo seré yo al volver, y sin nada mi velero tornará al regresar, quiero y deseo que no se use la mar para ahogar, sino en un cielo surcar eso de igualdad en fuegos artificiales por ser el día feminista que ya lleva tiempo, así sería de celebrar que aprendimos, por tener ya, la vida lo mismo que ser y respirar, mismas unas que los que miran de destacar. 
Será profundidad en tiempo, no hay que desesperar, cuánto más empujemos más lo desigual se arrancará de la senda, más será el sendero pintado de respeto y comunidad, a la misma y cierta diversidad, amor y al golpe desterrar.

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo
Poeta Intemporal ©.

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