TINTA DESHONRADA








TINTA DESHONRADA 

El mundo individualista provoca las soledades más absolutas. Sobre la tierra caen las lágrimas de los que en la soledad lloran sus penas y entierran su rabia. 

No hay nada peor que una humanidad opaca de sensibilidad y empatía. 
Nada más destructivo que el ser frío y ausente de cualquier aprecio a su semejante. 
Nada más doliente que sentirse en un mundo lleno de gente, y solo con el corazón latiendo sin sentido, aislado de caricias, ni destino unidos. 

Estamos en la era del morbo, donde solamente se desgarra a los otros, donde solo la frialdad y la ausencia de emocionalidad hacia el dolor ajeno es la ganancia del ego. Solos, devastados por el odio idolatrado. Rechazo a la vida que hace que los seres sean empujados al deseo del olvido, y del abandono de todo intento de hacer algo por seguir creciendo. 

Cuanto más crece el imperialismo económico más se desborda la humanidad de dolor incisivo entre nosotros, pues el egoísmo individual de cada uno es el mazo que aplasta cualquier sentimiento, y eso provoca que se aísla el gozo de seguir viviendo. 


La vida sería mejor si nos uniéramos, si no pensáramos en vivir unos mejor que otros, abandonando a su suerte a los que tienen carencia. Porque se les saquea la tierra y se les deja totalmente invadidos por el violento someter de los que son poderosos, entre la fuerza y la muerte. Sería mejor vivir uniéndose y dando la proeza que merece la vida, y no despreciarla como si fuese un abalorio que se tira y se deja en la orilla que marchita, y se queda oxidado el alivio de vivir y de ser un ser humano que brilla, por acoger y dar amor al otro. Sería mejor si nos acogieramos, y le deseamos el amor al semejante, y el final al dolor de rechazar entre nosotros. Es triste caminar, por solo mirar por la individualidad de los unos sin los otros.

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo
POETA Intemporal ©. 

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