UNA LECCIÓN PENDIENTE
Desaprender, volver a reeducar los pasos,
pues la educación que nos han dado está llena de micro rechazos,
machismos velados que no se intensifican a primera vista,
pero que hacen daño con el tiempo se van anidando en las conciencias
en los comportamientos.
Hay que volver a rehacerse
a hacerse una persona inclusiva sin conflictos con los demás,
sin mirar por encima del hombro
sin esperar más de lo que pueden dar los otros y aprovecharlo, pues todo va sumando.
Y crear alrededor un apoyo para el que cae
y le cuesta levantarse.
Hay que ser una unión para así todos juntos fortalecernos,
y hacer una humanidad que sabe dónde ir… que sabe cómo ir…
Y sin dejar a ninguno en el andén esperando a ese tren de la esperanza y el acogimiento, hay que ser más de lo que hemos sido…
Hay que ir veloces como el viento
aprovechando la diversidad y siendo inteligentes y creciendo a la misma vez,
tú lo haces, pero y él, ¡empuja! La sabiduría del completo,
de nosotros mismos y al unísono ir navegando hacia la odisea, esa que será el triunfo de una vez…
De una humanidad que supo… que dirigirá y dará giro al dirigir el rumbo hacia la realidad: de ser una luz que se vehiculiza unida, y así focaliza lo sabio y lo hermoso,
para no retroceder nunca más hacia el oscuro inútil sendero,
y lo frondoso de lo incierto,
y lo que no sirve para más que rechazar
y retroceder a lo que no sirvió, ni servirá para evolucionar.
Siempre hay tiempo para aprender y siempre lo habrá.
Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo
Poeta Intemporal ©.
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