HORAS Y NADA DE FINAL

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HORAS Y NADA DE FINAL

Tiempo.

Tiempo hay, tiempo habrá

y no se acabará

ni en toda la eternidad.

Porque viajas y viajarás y las agujas de tu reloj no tienen final.

Intemporal, así se siente mi ansiedad.

Soy como las agujas de ese que no puede parar, pero no tengo lugar

ni situación geográfica

ni siquiera tengo la vida para adorar a una nación o a una bandera llena de sangre

de lágrimas.

No soy de aquí

ni de allá

ni de ningún otro lugar,

solamente voy escribiendo páginas de lo que mis ojos no pueden mirar,

de tanta sobriedad

de tanto oscuro y maldito golpear la humanidad,

de nosotros mismos

de esta raza maltrecha que sale y entra en el mismo abismo.

Solo tiempo para ver si cambia…

Pero volveré y en otro inicio sé que a lo mejor puede ser…no concluyó que sea así.

Habrá otro destino

donde no haya sufrimiento

donde no esté el pergamino escrito color de lo sufrido, con la sangre de los espíritus viajeros en caminos.

Y veré la felicidad cómo baila conmigo

y sonará la música de la libertad en cada valle  nadara en cada río.

Un poeta dejará sus lágrimas en el olvido,

serán solo letras que no sirvieron

que ya no sirven

porque cambió todo,

porque se reinicio lo vendido,

porque pudo ser capaz el mundo de volver del vacío, y llenarse de nuevo de ese amor

de ese brillo de la inclusión,

y de poder bailar todos juntos al mismo ritmo.

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo

 Poeta Intemporal ©.