EL BRILLO DE LA PIEL HERIDA

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EL BRILLO DE LA PIEL HERIDA 

Aquellos días hoy vienen a mi cabeza, 

la misma piel herida que hoy está de cicatrices llena, 

pero que sangró en aquellas lejanías

qué ardió de la crueldad como una estampida de rabia y de dolor, 

en la que se hacían quiebros de la realidad en aquellas travesías heridas, 

que supuran la rabia de no entender

 porque el destino iba a contracorriente de mi felicidad y sus afluentes de alegría 

y verdad de amar. 

Hoy vuelven a mi pensamiento aquellas luces que cegaban mi entendimiento, 

aquellos delirios como brillos desatados

 que venían de un cielo que perturbaba mis pasos. 

Y la oscuridad de aquel profundo conjunto de luceros algo apagados

 que me hacían tanto daño hoy sigo recordando. 

Me hacían tener la rabia tan escondida

 pero tan encendida en la hoguera

 que solo la sentía yo, 

porque era yo el que la tenía cerca 

 aquella tiniebla dónde se ponía en guardia mi presencia. 

Y el alma mía solo podía gritar la furia de la que nacía siempre el querer volver a volar

 y liberar toda la dulzura,

 que sabía que estaba para mí

 que se alejaba a veces y otras la sentía cercana, un poco más. 

Porque el sufrimiento era un camino que desesperaba mi caminar. 

Y ahora al volver a aquellos días

 en la memoria

 en el antaño, 

ahí donde vuelvo a mirar me doy cuenta 

que lo que soy hoy

 se labró

 fue cosecha de otros tiempos, 

que ya tuvieron final. 

Y ahora emprende mi ser un vuelo

 al cielo que se merece mi verdad, 

que merece mi perfume que ahora está existencial, 

que puedo disfrutar y gozar del futuro 

con la realidad que me merezco

 y tenía que llegar. 

Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo 

Poeta Intemporal ©.