Tiempo dueño y amigo del camino.

Descubre la belleza de las palabras:

Tiempo dueño

y

amigo del camino.

A veces tumba de la belleza.

Otras en cambio mejora el rostro de la pereza.

Es una barca en la inmensidad del lago, sin moverse hacia ningún lado.

Yo que me encuentro en ella sentado, solo puedo esperar a que se acerque a una orilla para desembarcar airado. No te detengas todavía melodía de las horas, que no ha llegado lo mejor de mi vida lo que mi alma añora.

Tú príncipe del reino de las prisas, esperas atrás en segunda fila, a que llegue el momento de tu coronación en mi vida.

Y así pasar a otro complejo modo de medida.

Que si no es por horas semanas y días, se diga como se diga la cantidad me de valor y sabiduría.

Tú raíz que creces hasta secarte, eres el motor que me lleva a cualquier parte.

Sin ti no sé que decidir, no sé a dónde ir, ni dónde poner un nuevo paso.

Porque aunque no sepa como, tengo la señal del cuando.

Viejo compañero en los últimos días. Dónde me regalaras la sabiduría prendida y llenarás mi maleta de belleza en la partida.

Jóvenes fuimos tú y yo en aquel comienzo.

Dónde empezaba de cero y tú te reías por mis primeros tropiezos.

Fuimos pasando por tantas horas y días largos que tú contabas y me ibas ajustando.

Que ahora que estoy al borde de un nuevo camino, solo sé que lo que tú hiciste conmigo.

Fue  alargar un destino que ya estaba escrito.

Solo te puedo dar las gracias por tener en cuenta que no era el momento.

Y entregarme más horas regalarme más momentos.

Gracias en estos últimos suspiros, gracias de veras te agradezco lo que hiciste por mí.

Mi tiempo amigo.